lunes, 14 de febrero de 2011

Educación devastada, futuro incierto

No creo haber visto poco o casi nada, es mas, diría que he visto en gran cantidad a miles de personas de nuestro país que día a día salen a ganarse el pan con el sudor de la frente. Diría que somos un país de personas luchadoras, pero a la vez, de personas olvidadas.

El centro de Lima es todo un vaivén de personas en todo el esplendor de sus quehaceres, tanto para los vendedores como para los compradores, sin embargo, todo puede detenerse cuando logramos ver espectáculos como el del video.

El desempleo, pobreza, educación, son temas que en una eventual candidatura a la presidencia de nuestro país, son muy bien manejados por nuestros candidatos para conseguir votos, no obstante, cuando llegan al poder, poco o casi nada hacen para trabajar por los mas pobres.

Javier Diez Canseco en La República comenta que, "La revolución educativa debe incluir la desatendida educación inicial (0 a 5 años), implementar apoyo alimenticio (dado el alto porcentaje de niños malnutridos) y atención de salud preventiva en las escuelas". Los niños de nuestro país no están para exhibirse por nuestras calles trabajando o mostrando alguna carita de compasión. Nuestros niños merecen una escuela digna de toda enseñanza prematura y secundaria, sin el menor gasto.

Hoy en día, nuestra niñez es discriminada por un gestor económico, aquel que sirve para la matrícula, incluso uniforme en algunos casos y demás accesorios que el estado debería de hacerse cargo. Las particulares por su lado son dignos de una buena educación que, en comparación con una estatal, tiene mejores docentes, una buena infraestructura y una excelente enseñanza que se ve reflejada en sus niños y futuros jóvenes.

Nuestra delicada, maltratada y olvidada niñez de bajos recursos no tiene mas remedio que ser explotada por sus propios padres, para así tener algo que llevarse a la boca, por que el estado no se acuerda de ellos. Escenas como las del video que muestra a una pequeña - que a muchos nos podrá parecer bonito del como baila - siendo la atracción de la calle, son ya una consecuencia de todos aquellos gobiernos que no han hecho nada mas que robar, coimear o educar a sus hijos en el extranjero.

Basta ya de tanto saca pelo, pruebas antidoping, devoluciones de dinero, nuestros candidatos deberían pensar y trabajar más en sus propuestas, aquellas que muchas veces se dejan de lado a la hora de asumir el mandato presidencial. Casos como nuestra educación, que se encuentra en el puesto 133 de 139 países en el ranking mundial, lo cual debería preocupar a nuestros candidatos.

Por eso, debe primar en estas propuestas la educación en zonas olvidadas y pobres, ayudar mediante programas a niños que vemos por las calles pidiendo limosna o siendo explotados, cuando lo que deberían de estar haciendo es, estudiar, jugar o simplemente bailar de alegría y felicidad.

jueves, 20 de enero de 2011

¡Qué cola!

Y pensar que ya había dejado de pensar en todo lo que ocasiona el Metropolitano. Lo había dejado de pensar, hasta que me di con la gran sorpresa que alberga las temibles colas, casi interminables e imposibles de poder transitar tranquilamente, del metropolitano.

Bordeando casi las 6:30 pm de la tarde en la estación Carnaval y Moreyra, la sorpresa me agarro de imprevisto, un tumulto de gente obstaculizaba la salida de la estación. No sabía a que punto había llegado el descontrol y apresuramiento de la gente por querer irse, no lo había comprendido hasta hoy que fui totalmente sorprendido.

Al llegar a la salida del metro, quede estancado por la gravedad, el despelote y la imposible manera de poder pasar sobre las personas. Quede totalmente desconcertado y lo único a lo que atine, fue a detenerme junto a las demás personas que venían detrás.

Recibía empujones y hasta consejos demasiado absurdos de la gente que no me dejaba pasar. "Vete por otro lado", "A la próxima no salgas por aquí", un sinfín de cosas que pase por alto por cuestiones de tiempo. Sin embargo, así, a empujones y miradas que mataban, pude lograr pasar esa gran muralla de gente que albergaba el Metro.

No comprendía el por que de las colas, si tan solo con el pasar de la tarjeta por el detector, esta permitía el pase de los usuarios, y es que a veces los peruanos, como misma frase repetida y millón de veces "Esperamos el ultimo momento..." para recargar nuestras tarjetas.

Y es que si fuésemos mas precavidos y cautos, esas largas, aburridas y tediosas colas se reducirían al ir y venir de las personas sin tener que estar discutiendo, ver caras amargas o simplemente arrojar nuestro m
al día contra otro.

No es del todo malo que a veces nos pase esto, mucho mas, si esperamos el último momento para recargar nuestra tarjeta. Lastimosamente a mi me tocó ser participe de este alboroto, sin embargo, publico esta nota para hacer reflexión en nosotros mismos a fin de evitar estos impasses.